Adolescentes pasan más de 30 horas semanales en línea: OCDE

2025-05-26 HaiPress

De acuerdo con un estudio de la OCDE,98% de los adolescentes de 15 años de edad en los países miembros tiene acceso a un smartphone con conexión a Internet,y 70% de los niños de 10 años ya posee uno propio.

Foto: OCDE

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La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) publicó el informe ¿Cómo es la vida de los niños en la era digital?,un análisis multidimensional sobre cómo la transformación digital afecta el bienestar de niños,niñas y adolescentes. El documento asegura que la vida de la niñez se ha digitalizado aceleradamente,generando oportunidades de aprendizaje y conexión,pero también exponiendo a los menores ariesgos que las políticas públicas aún no logran mitigar.

De acuerdo con el informe de la OCDE,98 por ciento de los adolescentes de 15 años de edad en los países miembros tiene acceso a un smartphone con conexión a Internet,y 70 por ciento de los niños de 10 años ya posee uno propio. El acceso temprano y generalizado a dispositivos digitales ha reformulado la infancia,introduciendo beneficios importantes,pero también problemas nuevos y complejos,como la exposición a contenido inapropiado,el ciberacoso,la ansiedad digital y la pérdida de sueño.

El rápido acceso a uno o varios dispositivos propios ha generado que más del 50 por ciento de los adolescentes pasen más de 30 horas semanales en línea,y un número creciente supera las 60 horas. Este uso intensivo varía según el país,con cifras particularmente altas en Letonia (43%) y más moderadas en Japón (10%). Pero más allá del tiempo,lo que preocupa a los expertos es el tipo de actividad y su impacto en el bienestar.

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El tiempo que pasan los adolescentes en sus celulares lo ocupan principalmente en redes sociales con un 95 por ciento,buscar información 84 por ciento,jugar videojuegos 83 por ciento y crear contenido digital 69 por ciento.

Esta creciente dependencia de los dispositivos no sólo afecta la salud mental,sino que también interfiere con aspectos clave de su desarrollo,como la calidad del sueño,la interacción cara a cara y el rendimiento escolar. Aunque muchos adolescentes logran equilibrar su vida digital con otras actividades,una proporción preocupante muestra señales de uso compulsivo que dificulta su bienestar general.

De acuerdo con datos de la OCDE,las niñas tienden a sufrir más por el uso intensivo de redes sociales,reportando mayor incidencia de ansiedad cuando no tienen sus dispositivos y mayor afectación emocional por ciberacoso,discriminación y exposición a contenido idealizado. Un 22 por ciento de las adolescentes reconoce sentir nerviosismo frecuente al estar sin sus teléfonos,comparado con un 13 por ciento de los varones.

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Si bien este fenómeno preocupa a padres y autoridades,no lo padecen todos los niños,pues existen desigualdades estructurales que condicionan tanto el acceso como el tipo de uso que los menores hacen de la tecnología.

El informe pone especial énfasis en cómo las desigualdades socioeconómicas del mundo físico se replican en el mundo digital,pues los adolescentes de entornos más privilegiados tienden a usar Internet con fines educativos o creativos,mientras que quienes provienen de familias con menos recursos suelen tener mayor exposición a videojuegos,baja alfabetización digital y más dificultades para proteger su privacidad en línea.

Además,los niños de contextos vulnerables tienen más probabilidades de desarrollar hábitos digitales problemáticos como cyberbullying,difusión de información falsa y exposición a contenido dañino,en parte por falta de supervisión,experiencias adversas familiares o escaso acceso a orientación y recursos.

¿Qué hacer?

Ante este panorama,la OCDE propone una hoja de ruta basada en cuatro pilares para fortalecer el bienestar infantil en la era digital.

El primer pilar es crear un marco legal y regulatorio sólido que obligue a las plataformas digitales a diseñar productos seguros por defecto,con filtros de contenido,control parental y mecanismos de denuncia accesibles para los menores. El segundo es fomentar la alfabetización digital desde las escuelas y docentes para enseñar ciudadanía digital,prevenir riesgos como el ciberacoso y guiar a los estudiantes en un uso crítico de la tecnología.

El tercer pilar es sobre el rol de padres y cuidadores,quienes deben promover buenas prácticas en el hogar,como limitar el uso de pantallas en la noche,mantener dispositivos fuera de los dormitorios y conversar abiertamente sobre riesgos y oportunidades del entorno digital.

Por último,recomienda incluir a niños y adolescentes en el diseño de políticas digitales,mediante consultas formales,encuestas y participación activa. Los jóvenes piden protección,pero sin ser excluidos del entorno digital que consideran vital para su vida social.

Además de los cuatro pilares,la OCDE hace un llamado urgente a mejorar la recolección de datos,incluyendo el uso de pantallas por edad,tipos de plataformas utilizadas,beneficios positivos y percepciones de los propios niños. Sin datos sólidos,afirman,será imposible diseñar políticas eficaces.

“El entorno digital puede ser una fuente de bienestar si está bien diseñado,regulado y acompañado. Pero si no se toman medidas coordinadas,los riesgos podrían superar los beneficios”,explicó Mathias Cormann,secretario General de la OCDE.

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